31 de octubre de 2012

En tu Vida



No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a tí mismo, y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.

Nuca te quejes del ambiente ó de quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas ó malas según la voluntad ó la fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en una arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad ó de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos, y la prueba que has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora ó seguirás justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si tu has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú.

No olvides nunca, que la causa de tu presencia es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes, de los valientes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas sin alimento morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo.

Comienza a ser sincero contigo mismo, reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.

Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo; reconociéndote a tí mismo más libre y más fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer.

Tú eres la parte de la fuerza de la vida.

Ahora despierta, camina, lucha.

Decídete de una vez y triunfarás en la vida.
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Los Peregrinos



Hoy les comparto esta bella canción de Horacio Ferrer, cantada por Jairo.
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30 de octubre de 2012

Cada vez..



Cada vez que cortas una flor para poseerla, ya empiezas a perderla.
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29 de octubre de 2012

Decálogo Para Vivir Mejor (René Trossero)



1- ACEPTA LA REALIDAD
No la niegues con ilusiones vanas, ni la agrandes con fantasías catastróficas. Esas son dos tentaciones ante lo difícil y doloroso de la vida.
Dos tentaciones paralizantes; porque si nada malo te desafía, nada tienes que hacer para encararlo, y si lo que sucede es tan tremendo, ya no vale la pena hacer nada.

 2- SUFRE CON VALOR Y REALISMO
No niegues ni calles tu dolor y tu enojo, ni aumentes tu sufrimiento imaginando lo malo que aún no sucedió y tal vez nunca suceda.
La queja y el lamento tienen su valor como desahogo… ¡ En su medida!
El dolor sano , despierta tu capacidad de re-accionar, y el enojo, la rabia, surgen para que afrontes la dificultad.

 3- VALORA LA SITUACIÓN COMO UN DESAFÍO Y UNA OPORTUNIDAD
 No mires tus “tiempos malos” , como una amenaza que va a destruirte. Míralos como un desafío y una oportunidad para crecer, para que seas más y mejor tú mismo.

4- APRENDE A PERDER SIN PERDERTE TÚ MISMO
En la gran apuesta de la vida, lo importante no es ganar o perder cosas, sino ganarte o perderte a ti mismo.
Perder “cosas”, “lo que tienes”, puede ser doloroso, pero es una oportunidad para que valores lo que eres, un desafío a que te mires a ti mismo.

5- LUCHA CON VALENTÍA Y CON INTELIGENCIA
Cuando los “ tiempos son malos” , la reacción sana está en que luches para cambiar lo que se puede…Ni rebelarte encaprichado, ni resignarte resentido porque no todo es posible, te conducirá a salir ganando.
En la lucha creces tú  como persona, aunque no logres el objetivo de tu esfuerzo.

6- RECONOCE Y AGRADECE LO QUE TIENES
Es de necio dejar de ver, de valorar y de disfrutar lo que se tiene, para llorar y lamentar lo que no se tiene o lo que se perdió.
Muchas veces nos hace bien perder algo de lo que tenemos, para valorar mejor lo que somos y lo que aún nos queda.

 7- MIRA A LOS OTROS Y AMA A TUS HERMANOS
No dejes que el dolor, te encierre en ti mismo.
Si miras a tu alrededor, verás que honestas solo en el naufragio, y comprenderás, que ayudando a otros a salvarse, tú también llegas antes a la orilla.
No compares sólo “para arriba”, compara “para abajo”, mirando a los que tienen menos o perdieron más.

8- ESPERA CON PACIENCIA Y CON ESPERANZA

No te impacientes como un niño que lo quiere “ todo y ya”. Aprende a postergar, a contar con el tiempo. Espera con paciencia.
Aprende a esperar con esperanza.
Y la esperanza más hermosa es la que nace en las situaciones más desesperantes.
La esperanza, hecha carne en tu vida, te ayuda a vivir de otra manera, a ser de otro modo…La esperanza como el amor, es un bien y un valor en sí misma, un bien de la persona.

9- PERDONA, SI LOS HAY, A LOS CULPABLES DE TUS MALES
No ganas nada, y pierdes el tiempo, buscando culpables de tus males, en Dios, en los otros, en el destino. El odio y el rencor envenenan el alma y paralizan tu capacidad creativa para reaccionar sanamente ante tus problemas, disminuyendo tus energías y haciendo que eludas o postergues encarar tu responsabilidad.

10- ORA A TU DIOS, SI LO TIENES
 Pero no lo hagas infantilmente, pidiéndole que venga en tu auxilio con un milagro, resolviéndote como a un niño los problemas.
Pídeles, creyendo que no viene como un mago, desde afuera, sino que te sostiene desde adentro, para que te juegues con responsabilidad ante la vida.

René Trossero
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28 de octubre de 2012

Desiderata



Escucha entonces la sabiduría del sabio:

“Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,

y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.

Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.

Di tu verdad tranquila y claramente;

Y escucha a los demás,

incluso al torpe y al ignorante.

Ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas,

pues son vejaciones para el espíritu.

Si te comparas con los demás,

puedes volverte vanidoso y amargado

porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes.

Interésate en tu propia carrera,

por muy humilde que sea;

es un verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.

Sé cauto en tus negocios,

porque el mundo está lleno de engaños.

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;

mucha gente lucha por altos ideales

y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tu mismo.

Especialmente no finjas afectos.

Tampoco seas cínico respecto al amor,

porque frente a toda aridez y desencanto,

el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con cariño el consejo de los años,

renunciando con elegancia a las cosas de juventud.

Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,

pero no te angusties con fantasías.

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Más allá de una sana disciplina,

sé amable contigo mismo.

Eres una criatura del universo,

al igual que los árboles y las estrellas;

tienes derecho a estar aquí.

Y, te resulte o no evidente,

sin duda el universo se desenvuelve como debe.

Por lo tanto, mantente en paz con Dios,

de cualquier modo que Le concibas,

y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,

mantente en paz con tu alma

en la ruidosa confusión de la vida.

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,

éste sigue siendo un hermoso mundo.

Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.
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27 de octubre de 2012

No es lo Mismo (René Trossero)


No es lo mismo ser bueno,
que ser incapaz de ser malo.
No es lo mismo ser pacífico,
que ser cobarde.
No es lo mismo ser casto,
que ser impotente o reprimido.
No es lo mismo ser creyente,
que “practicar” algunos ritos religiosos.
No es lo mismo ser patriota,
que odiar a los extranjeros.
No es lo mismo ser humilde,
que ser incapaz de valorarte a ti mismo.
No es lo mismo perdonar,
que dejarte pisotear, incapaz de defenderte.
No es lo mismo ser generoso,
que dar una limosna para sentirte bueno.
No es lo mismo ser adultamente libre,
que ser adolescentemente rebelde.
No es lo mismo vivir con libertad tu sexualidad,
que ser esclavo de tus “instintos”.
No es lo mismo amar a tus padres,
que necesitarlos cuando ya no los necesitas.
No es lo mismo estar al servicio del prójimo,
que servirte del prójimo para parecer virtuoso.
No es lo mismo creer en Dios, que es la verdad,
que sentirte dueño de la verdad
y Dios para juzgar y condenar a los otros.

René Trossero
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Un Guerrero Sabe


Todos los caminos del mundo llevan hasta el corazón del Guerrero; él se zambulle sin vacilar en el río de las pasiones que siempre corre por su vida.

El Guerrero sabe que es libre para elegir lo que desee; sus decisiones son tomadas con valor, desprendimiento y -a veces- con una cierta dosis de locura.

Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es necesario renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida y alegran a todos los que en ella participan.

Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas, y los lazos creados con solidez a través del tiempo.
Un Guerrero de la Luz, sabe distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.

Manual del Guerrero de la Luz
Paulo Coelho

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26 de octubre de 2012

Día a día



Vence al odio con la No - violencia

Derrota la maldad con la Bondad

Conquista al avaro con un Regalo

Y a un mentiroso .. con la Verdad
 

Buda
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Mariposas


Porque siempre es bueno recordar, que las mariposas, PRIMERO, fueron orugas..
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21 de octubre de 2012

Historia de un Guerrero



-En la playa al este de la aldea, existe una isla, con un gigantesco templo lleno de campanas -dijo la mujer.

El niño reparó que ella vestía ropas extrañas y llevaba un velo cubriendo sus cabellos. Nunca la había visto antes.

-¿Tu ya lo conoces? -preguntó ella-. Ve allá y cuéntame qué te parece.

Seducido por la belleza de la mujer, el niño fue hasta el lugar indicado. Se sentó en la arena y contempló el horizonte, pero no vio nada diferente de lo que estaba acostumbrado a ver: el cielo azul y el océano.

Decepcionado, camino hasta un pueblecito de pescadores vecino, y preguntó sobre una isla con un templo.

-Ah, eso fue hace mucho tiempo, en la época en que mis bisabuelos vivían aquí --dijo un viejo pescador-. Hubo un terremoto y la isla se hundió en el mar. Sin embargo, aun cuando no podamos ya ver la isla, aún escuchamos las campanas de su templo, cuando el mar las agita en su fondo.

El niño regresó a la playa e intentó oir las campanas. Pasó la tarde entera allí, pero sólo consiguió oir el ruido de las olas y los gritos de las gaviotas.

Cuando la noche llegó, sus padres vinieron a buscarlo. A la mañana siguiente, él volvió a la playa; no podía creer que una bella mujer pudiese contar mentiras. Si algún día ella regresaba, él podría decirle que no había visto la isla, pero que había escuchado las campanas del templo que el movimiento del agua hacía que sonasen.

Así pasaron muchos meses; la mujer no regresó, y el chico la olvidó; ahora estaba convencido de que tenía que descubrir las riquezas y tesoros del templo sumergido. Si escuchase las campanas, sabría su localización y podría rescatar el tesoro allí escondido.

Ya no se interesaba más por la escuela, ni por su grupo de amigos. Se transformó en el objeto de burla preferido de los otros niños, que acostumbraban a decir: “Ya no es como nosotros, prefiere quedarse mirando el mar porque tiene miedo de perder en nuestros juegos”.

Y todos se reían, viendo al niño sentado en la orilla de la playa.

Aun cuando no consiguiese escuchar las viejas campanas del templo, el niño iba aprendiendo cosas diferentes. Comenzó a percibir que, de tanto oir el ruido de las olas, ya no se dejaba distraer por ellas. Poco tiempo después, se acostumbró también a los gritos de las gaviotas, al zumbido de las abejas y al del viento golpeando en las hojas de las palmeras.

Seis meses después de su primera conversación con la mujer, el niño ya era capaz de no distraerse por ningún ruido, aunque seguía sin escuchar las campanas del templo sumergido.

Otros pescadores venían a hablar con él y le insistían: -¡Nosotros las oímos! –decían.

Pero el chico no lo conseguía.

Algún tiempo después, los pescadores cambiaron su actitud.

-Estás demasiado preocupado por el ruido de las campanas sumergidas, olvídate de ellas y vuelve a jugar con tus amigos. Puede ser que sólo los pescadores consigamos escucharlas.

Después de casi un año, el niño pensó: “Tal vez estos hombres tengan razón. Es mejor crecer, hacerme pescador y volver todas las mañanas a esta playa, porque he llegado a aficionarme a ella”. Y pensó también: “Quizá todo esto sea una leyenda y, con el terremoto, las campanas se hayan roto y jamás vuelvan a tocar.”

Aquella tarde, resolvió volver a su casa.

Se aproximó al océano para despedirse. Contempló una vez más la Naturaleza y, como ya no estaba preocupado con las campanas, pudo sonreir con la belleza del canto de las gaviotas, el ruido del mar, el viento golpeando las hojas de las palmeras. Escuchó a lo lejos la voz de sus amigos jugando, y sintióse alegre por saber que pronto regresaría a sus juegos infantiles.

El niño estaba contento y -en la forma en que sólo un niño sabe hacerlo- agradeció el estar vivo. Estaba seguro de que no había perdido su tiempo, pues había aprendido a contemplar y a reverenciar a la Naturaleza.

Entonces, porque escuchaba el mar, las gaviotas, el viento en las hojas de las palmeras y las voces de sus amigos jugando, oyó también la primera campana.

Y después otra.

Y otra más, hasta que todas las campanas del templo sumergido tocaron, para su alegría.

Años después, siendo ya un hombre, regresó a la aldea y a la playa de su infancia. No pretendía rescatar ningún tesoro del fondo del mar; tal vez todo aquello había sido fruto de su imaginación, y jamás había escuchado las campanas sumergidas en una tarde perdida de su infancia. Aun así, resolvió pasear un poco para oir el ruido del viento y el canto de las gaviotas.

Cual no sería su sorpresa al ver, sentada en la arena, a la mujer que le había hablado de la isla con su templo.

-¿Qué hace usted aquí? -preguntó.

-Esperar por ti -respondió ella.

El se fijo en que, aunque habían transcurrido muchos años, la mujer conservaba la misma apariencia: el velo que escondía sus cabellos no parecía descolorido por el tiempo.

Ella le ofreció un cuaderno azul, con las hojas en blanco.

-Escribe: un guerrero de luz presta atención a los ojos de un niño. Porque ellos saben ver el mundo sin amargura. Cuando él desea saber si la persona que está a su lado es digna de confianza, procura verla como lo haría un niño.

-¿Qué es un guerrero de luz?

-Tú lo sabes -respondió ella, sonriendo-. Es aquel que es capaz de entender el milagro de la vida, luchar hasta el final por algo en lo que cree, y entonces, escuchar las campanas que el mar hace sonar en su lecho.

El jamás se había creído un guerrero de luz. La mujer pareció adivinar su pensamiento.

-Todos son capaces de esto. Y nadie se considera un guerrero de luz, aun cuando todos lo sean.

El miró las páginas del cuaderno. La mujer sonrió de nuevo.

-Escribe sobre el guerrero -le dijo.

Ya era de noche, cuando ella acabó de hablar. Los dos se quedaron mirando a la luna que nacía.

-Muchas cosas de las que me has dicho se contradicen entre sí -dijo él.

Ella se levantó y le contestó:

-Adios. Tú sabías que las campanas del fondo del mar no eran una leyenda; pero sólo fuiste capaz de escucharlas cuando percibiste que el viento, las gaviotas, el rumor de las hojas de palmera, todo aquello formaba parte del tañido de las campanas.

“De la misma manera, el guerrero de la luz sabe que todo lo que lo rodea -sus victorias, sus derrotas, su entusiasmo y su desánimo- forman parte de su Buen Combate. Y sabrá usar la estrategia adecuada en el momento en que la necesite. Un guerrero no procura ser coherente; él aprende a vivir con sus contradicciones.

-¿Quién eres? -preguntó.

Pero la mujer se alejaba, caminado sobre las olas, en dirección hacía la luna naciente.

“Los guerreros de la luz a menudo se preguntan qué están haciendo aquí, y muchas veces piensan que sus vidas no tienen sentido. Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque preguntan. Porque continúan buscando un sentido a la vida. Y porque acabarán encontrándolo.”

Manual del Guerrero de la Luz
Paulo Coelho
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He Aprendido




· He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame,
solo convertirme en alguien a quien se pueda amar; el
resto ya depende de los otros.

· He aprendido que por mucho que me preocupe por los
demás, muchos de ellos no se preocuparan por mí.

· He aprendido que puede requerir años para construir la
confianza y únicamente segundos para destruirla.

· He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la
vida, no son las cosas que tengo alrededor sino las
personas que tengo alrededor.

· He aprendido que puedo encantar a la gente por unos 15
minutos; después de eso necesito poder hacer más.

· He aprendido que no debo compararme con lo mejor de
lo que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo
hacer yo.

· He aprendido que lo más importante no es lo que me
sucede sino lo que hago al respecto.

· He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un
instante que ocasionan dolor durante toda la vida.

· He aprendido que es importante practicar para
convertirme en la persona que yo quiero ser.

· He aprendido que es muchísimo más fácil reaccionar que
pensar y más satisfactorio pensar que reaccionar.

· He aprendido que siempre debo despedirme de las
personas que amo con palabras amorosas; podría ser la
última vez que los veo.

· He aprendido que puedo llegar mucho más lejos de lo
que pensé posible.

· He aprendido que soy responsable de lo que hago,
cualquiera que sea el sentimiento que tenga.

· He aprendido que o controlo mis actitudes o ellas me
controlan a mi.

· He aprendido que por tan apasionada que sea la relación
en un principio, la pasión se desvanece y algo más debe
tomar su lugar.

· He aprendido que los héroes son las personas que hacen
aquello de lo que están convencidos, a pesar de las
consecuencias.

· He aprendido que aprender a perdonar requiere mucha
practica.

· He aprendido que el dinero es un pésimo indicador de
valor de algo o alguien.

· He aprendido que con los amigos podemos hacer
cualquier cosa o no hacer nada y tener el mejor de los
momentos.

· He aprendido que a veces las personas que creo que me
van a patear cuando estoy caído, son aquellas que me
ayudan a levantar.

· He aprendido que en muchos momentos tengo el
derecho de estar enojado, más no, el derecho de ser cruel.

· He aprendido que la verdadera amistad y el verdadero
amor continúan creciendo a pesar de las distancias.

· He aprendido que simplemente porque alguien no me
ama de la manera en que yo quisiera, no significa que no
me ama a su manera.

· He aprendido que la madurez tiene mas que ver con las
experiencias que he tenido y aquello que he aprendido de
ellas, que con el numero de años cumplidos.

· He aprendido que nunca debo decirle a un niño que sus
sueños son tontos; pocas cosas son más humillantes y que
tragedia sería si él lo creyera.

· He aprendido que por bueno que sea el buen amigo,
tarde o temprano me voy a sentir lastimado por él y debo
saber perdonarlo por ello.

· He aprendido que no siempre es suficiente ser
perdonado por los otros; a veces tengo que perdonarme a
mí mismo.

· He aprendido que por más fuerte que sea mi duelo, el
mundo no se detiene por mi dolor.

· He aprendido que mientras mis antecedentes y
circunstancias pueden haber influenciado en lo que soy,
yo soy responsable de lo que llego a ser.

· He aprendido que a veces cuando mis amigos pelean,
estoy obligado a tomar partido aun cuando no lo deseo.

· He aprendido que simplemente porque dos personas
pelean, no significa que no se aman la una a la otra; y
simplemente porque dos personas no discuten, no
significa que si se aman.

· He aprendido que no tengo que cambiar de amigos si
comprendo que los amigos cambian.

· He aprendido que no debo ufanarme de averiguar un
secreto; podría cambiar mi vida para siempre.

· He aprendido que dos personas pueden mirar a la misma
cosa y ver algo totalmente diferente.

· He aprendido que por más que trato de proteger a mis
hijos, ellos a la larga se lastiman y con eso me lastimo en
el proceso.

· He aprendido que hay muchas maneras de enamorarse y
permanecer enamorado.

· He aprendido que sin importar las consecuencias,
cuando soy honesto conmigo mismo llego más lejos en la
vida.

· He aprendido que muchas cosas pueden ser generadas
por la mente; el truco es el autodominio.

· He aprendido que por muchos amigos que tenga, si me
convierto en su salvador, me sentiré solitario y perdido
en los momentos en los que más los necesito.

· He aprendido que puedo cambiar mi vida en cuestión de
horas ante la influencia de personas que ni siquiera me
conocen.

· He aprendido que aun cuando pienso que no puedo dar
más, cuando un amigo pide ayuda, logro encontrar la
fortaleza para ayudarlo.

· He aprendido que tanto escribir como hablar puede
aliviar los dolores emocionales.

· He aprendido que el paradigma en el que vivo, no es la
única opción que tengo.

· He aprendido que los títulos sobre la pared no nos
convierten en seres humanos decentes.

· He aprendido que las personas se mueren demasiado
pronto.

· He aprendido que aunque la palabra amor pueda tener
diferentes significados, pierde su valor cuando se usa con
ligereza.

· He aprendido que es muy difícil determinar donde fijar
el limite entre no herir los sentimientos de los demás y
defender lo que creo.

Anónimo
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Si Puedes



Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu alrededor todos la pierden y te cubren de reproches.

Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti los demás hombres y ser indulgente para su duda.

Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera.

Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira; y si eres odiado, no devolver el odio, sin que te creas, por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo.

Si puedes soñar sin que los sueños imperiosamente te dominen.

Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto único.

Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar de la misma manera a esos dos impostores.

Si puedes aguantar que la verdad por ti expuesta la veas retorcida por los pícaros, para convertirla en lazo de los tontos.

O contemplar que las cosas a que diste vida se han deshecho, y agacharte y construirlas de nuevo aunque sea con gastados instrumentos.

Si eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste y nunca más exhalar una palabra sobre la pérdida sufrida.

Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios, a que te obedezcan aún después de haber desfallecido y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa que la voluntad gritando: “¡persistir, es la orden!”.

Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud, o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos.

Si nada, ni enemigos, ni amantes amigos pueden causarte daño.

Si todos los hombres pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.

Si eres capaz de llenar el inexorable minuto con el valor de los sesenta segundos de la distancia final.

Tuya será la tierra y cuanto ella contenga.

Y ‘lo que vale más’, serás un hombre ¡hijo mío!.

Rudyard Kipling
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20 de octubre de 2012

Un Cuento de Amor



“ Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo para acercarse a la casa del zapatero en que le dijo: “ Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima y mis sandalias están rotas, si tu me hicieras el favor.” A lo que el zapatero le respondió: “ Aquí todo el mundo viene a pedir y nadie a dar.” Dios le dijo: “ Yo puedo darte todo aquello que tú necesites.” ¿ Tú podrías darme un millón de dólares para que yo fuera feliz?. Yo puedo darte diez veces más que eso a cambio de algo; a cambio de tus piernas. A lo que el zapatero le respondió: “ Para qué quiero yo diez millones de dólares si no voy a poder caminar sólo”. Puedo darte, continuaba el Señor, cien millones de dólares a cambio de tus brazos. El zapatero, inquieto le dijo: “¿ Qué puedo hacer yo con cien millones de dólares si no voy a poder comer solo?.” El Señor le hizo la última tentativa al zapatero. Te voy a dar mil millones de dólares a cambio de tus ojos. El zapatero, asustado ante el mendigo le respondió: “ Qué hago yo con mil millones de dólares si no puedo ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos.”
El señor le dijo: “ Ah, hermano, hermano, qué fortuna tienes y no te das cuenta”.
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Facundo Cabral (parte III)



- "Puedo decir descaradamente que soy un tipo libre y feliz".

- "La gente es todo lo vieja que quiera ser. He visto algunas muchachas con 20 años y estar totalmente envejecidas, por el contrario, conozco a una muchachita con 83 años, Teresa de Calcuta, que nos enseña a vivir todos los días".

- "Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena".

- "La pobreza no es una virtud, salvo que favorezca tu libertad".

- "Fuera de la felicidad son todos pretextos, tenemos que ser felices".

- "Doy la cara al enemigo, la espalda al buen comentario, porque el que acepta un halago empieza a ser dominado; el hombre le hace caricias al caballo pá montarlo...".

- "El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada".

- "Fui analfabeto hasta los 14 años, por eso cuando me dicen 'no puedo', yo les digo 'no jodas'".

- "La sociedad humana está tan mal por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos".

- "Tienes un cerebro como Einstein, tienes un corazón como Jesús, tienes dos manos como la Madre Teresa, tienes una voluntad como Moisés, tienes un alma como Gandhi, tienes un espíritu como Buda. Entonces, cómo puedes sentirte pobre y desdichado".

- "Llorar por la muerte es faltarle el respeto a la vida".

- "Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas".

- "Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia y cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos...".

- "El Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría, inevitable para vivir".

- "Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y con un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos".

Facundo Cabral
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Facundo Cabral (parte II)


No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.

Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que qui
ero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin a los 90. Sólo citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mäiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas ... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida.

Facundo Cabral
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Facundo Cabral (parte I)


De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.

       Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo. Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría, ni sufriste el más grande dolor.

       Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el Nuevo día. Vive de instante en instante, porque eso es la  vida.  Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿Cómo no gozar y respetar este momento?

      Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿Por qué te preocupas tanto?

       No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas

       Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, ¡Pero no digas NO PUEDO ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!.

       Si quieres recuperar la salud, ABANDONA la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

       PERDONA a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la  cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.

      Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra  vida, es distraerse de ella.

       El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el VENCEDOR cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas Son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

      NO TE QUEJES, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son ganancia. Cuida el presente, porque  en él vivirás el resto de tu vida.

     Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

"Quizá el mayor desafío del ser humano en los albores del tercer milenio no sea acabar con el terrorismo, sino precisamente ampliar ese mapa universal que posibilita una mirada más generosa, una percepción más incluyente; quizá nuestro mayor reto presente no sea el de dar con el saudí que tumbó torres e hizo tronar el mundo, sino el de romper el ensueño de la separación y las limitaciones de los sentidos y recuperar nuestro, más  que probable, linaje como hijos de las estrellas, eternos navegantes del cosmos; quizá sea. constatar que no estamos solos, que compartimos universo. Nos encontramos en la más preciosa aventura jamás vivida: la suerte inmensa de reunirnos, festejar, reír y materializar, desde nuestra individualidad, un universo de colaboración entre sus seres, quienes, gobernados desde nuestro universo interior, vivimos el sueño de SER amor universal".

Facundo Cabral
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18 de octubre de 2012

Ladrón de Sueños



Ante un grupo de niños un hombre contó la siguiente historia:
Marcos era el hijo de un humilde entrenador de caballos. Su padre ganaba muy poco dinero y solo podía cubrir las necesidades básicas para mantener a su familia y mandar al niño al colegio.
Una mañana en la escuela, el profesor les pidió a los alumnos que escribieran cómo querían que fuese su vida cuando fueran adultos.
Marcos escribió siete páginas, esa noche, en la que describía su meta. Relató su sueño con mucho cuidado, detallando los pormenores e incluso dibujó un plano de todo el proyecto.
Él deseaba una gran extensión de terreno donde tener una vivienda, establos para los caballos, corrales para diversos tipos de animales y tierras dedicadas a la siembra y a la ganadería.
El proyecto era un sueño perfecto. Después de trabajar en él varias horas, creyó tener el proyecto más ambicioso que un niño podría llegar a tener. Con ánimo de ganador, al día siguiente se lo entregó a su profesor.
Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo reprobado y con una nota que decía: «Ven a verme después de clases» Marcos, muy enojado, fue a ver a su profesor y antes de que éste dijera nada, le preguntó:
–¿Por qué usted me reprobó?
–Tranquilízate y siéntate, creo que lo tuyo es un sueño imposible de concretar. No tienes recursos; tienes una familia muy pobre. Para lograr lo que quieres, necesitarías mucho dinero.
Primero tendrías que comprar el terreno, pagar para construir todo lo que pretendes hacer, comprar los animales, semillas para la siembra y además tendrías muchos gastos de mantenimiento. Creo que es un proyecto millonario, que no estás en condiciones de lograr.
Quiero que revises tu trabajo y consideres algunos aspectos más realistas; tómate unos días, vuelve con el nuevo trabajo y reconsideraré nuevamente la nota, le dijo el profesor.
Marcos regresó a su casa, pero para nada estaba convencido. Pensó mucho tiempo en el asunto y finalmente le pidió consejo a su padre, para saber qué opinaba sobre esta idea.
Éste con mucha sabiduría, le respondió:
–Mira, hijo, tienes que decidir por ti mismo, creo que es una decisión muy importante para tu vida. Si crees de verdad que puedes llegar a lograr, tu sueño, a pesar de la opinión de tu profesor, hazlo. Mi consejo es que consultes a Dios, si tus deseos están dentro de Su voluntad, nadie en este mundo va a impedir que se haga realidad lo que te has propuesto.
–Gracias por tu consejo, papá, creo que tengo la respuesta para el profesor, respondió Marcos.
Regresó a la escuela, con el mismo proyecto, se lo entregó al profesor y le dijo:
«Usted puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño»

Los niños, que estaban escuchando la historia muy atentamente, recibieron una lección muy importante. Pero eso no era todo, el hombre les dijo:
Esta historia, es mi historia. Ustedes están en la casa que me propuse conseguir cuando era niño, mis sueños, se cumplió hasta el más mínimo detalle. Todavía conservo aquella tarea del colegio como recuerdo y símbolo de una fantasía que se hizo realidad.

«Jamás trates de robarle un sueño a nadie, simplemente porque tú no lo creas posible, porque un sueño sumado a la voluntad de Dios, siempre es realizable, por más alocado que éste te parezca»
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