Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los
árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y
pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un
árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la savia.
Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre
ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación
apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos.
4 de junio de 2012
Dónde el Corazón me Lleve
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